BSO recomendada: I just a gigoló (Louis Prima)
Me hizo gracia que un joven de apenas veinticinco años se ofreciera a llevarme a casa esa noche; a mí, a una cincuentona divorciada.
Atacada de la risa y presa de curiosidad dejé que el hombrecito me cortejara.
Insinuó acompañarme hasta la puerta de mi apartamento y con la emoción del galanteo se lo permití. A partir de aquí no recuerdo exactamente como llegamos a la cama, ni como llegó su cabeza hasta el vértice aterciopelado de mis piernas. Andrés jugueteó con sus labios en el jardín de mis ingles, avivando recobecos que tan solo mis dedos conocían. Con hormigueo contenido dejo su puesto en las trincheras para cañonear de frente, notándo a su cofrade totalmente dentro de mí.
Generoso en el ritmo y certero en el tacto me llevó durante más de veinte minutos a países desconocidos hasta que con un incontrolado gemido expulsé treinta años de brea, quedando mi cuerpo agonizante de un placer que hasta ése día desconocía.
Atacada de la risa y presa de curiosidad dejé que el hombrecito me cortejara.
Insinuó acompañarme hasta la puerta de mi apartamento y con la emoción del galanteo se lo permití. A partir de aquí no recuerdo exactamente como llegamos a la cama, ni como llegó su cabeza hasta el vértice aterciopelado de mis piernas. Andrés jugueteó con sus labios en el jardín de mis ingles, avivando recobecos que tan solo mis dedos conocían. Con hormigueo contenido dejo su puesto en las trincheras para cañonear de frente, notándo a su cofrade totalmente dentro de mí.
Generoso en el ritmo y certero en el tacto me llevó durante más de veinte minutos a países desconocidos hasta que con un incontrolado gemido expulsé treinta años de brea, quedando mi cuerpo agonizante de un placer que hasta ése día desconocía.
Buen relato, muy realista y no por eso deja de ser enormemente excitante. Seguro que much@s se pueden ver reflejados... ejem ejem
ResponderEliminarUn saludete.
Fascinante universo de a dos, donde las distancias son mínimas y los tiempos quimeras, cuando el instinto habla su idioma universal y la jerga de las caricias es inigualable para expresar lo que el cuerpo desea... Un relato magnífico, Josep!
ResponderEliminar(Un beso poeta)
Diviertes con tus palabras acompañadas de buena música, amigo.
ResponderEliminarUn gran saludo.
Me ha gustado el relato. La música mucho.
ResponderEliminarBesos
Menuda alegría para el cuerpo,Josep..mil besos llenos de tenura y espero regresar pronto.
ResponderEliminarJauroles: Bueno, quien más, quien menos ha tenido una experiencia con alguien mucho mayor o mucho menor...De todo se aprende, de la frescura y de la experiencia.
ResponderEliminarSaludos crack
Celsa: Muchas gracias por dejarme un regalito en la entrada, hay cosas que desafían al tiempo...
Un biquinho
Juanjo: Gracias por tus palabras, haces ensanchar el perímetro de mi cinturón con tu comentario.
Un abrazo camarada
Anamorgana: Si cuando yo digo que tu música es mi música. Gracias por visitar Páginas Amarillas.
Un beso cielo
Morgana: Le Fay, Le Fay, que alegría me da ver tu arco en mi casa. Un millón de besos para ti y una patada en el trasero a tu enemiga. Me encanta tu "hasta pronto".
Un beso fiera
Josep..mi enemiga vive dentro de mí..la patada sería en mi trasero...mejor unos mimos a mi alma y ella que se fastidie....sé feliz ,todo lo que puedas ..me encanta cuando me llamas Le Fay....
ResponderEliminarCiao..bello
Morgana: Pues será por mimos, que siempre me sobran para tí. Un abracito sin apretar, mi querida Le Fay
ResponderEliminarAmigo esquicito relato, la pasión despierta el instinto cuando la proximidad y la seducción se convierten en los ingredientes optimos entre dos y cuando eso ocurre la quimica estalla sin importar la diferencia edad ni tantos otros factores... Importa solo disfrutarrrrrrr.
ResponderEliminarMe encantó!!!
Te dejo beostes y saluditos de diva!!!!
Muackkkkkkkkkkk'ssssssssss
Gris: Gracias por tener siempre un huequecito para visitarme. Ya lo creo que la cincuentona disfrutó...
ResponderEliminarUn beso Diva
Por favor, Josep. Qué estoy todavía en el trabajo!
ResponderEliminarExcitante un abismo perfecto entre el delirio de la piel
Néctares
Néctar: No entraré a valorar la calidad y/o desfachatez de mis escritos, lo que verdaderamente no tiene precio son tus comentario, jajaja. Me mondo!
ResponderEliminarUn beso Néctar
Pues, claro, sí señor, para qué sinó los gigolós. De eso se trata, hay que recompensarlos bien.
ResponderEliminarIsabel: Ahora mismo no sabría decirte si son una especie en extinción o un género en auge.
ResponderEliminarGracias por tus puntuales visitas.
Un petó.
Un apasionante microrelato, excitante.... me gustó.
ResponderEliminarhe de destacar la buena redacción del texto y el buen manejo del escritor para transportarnos a la escena concreta. El final, es algo predecible, pero está impecablemente resuelto.
ResponderEliminarHe llegado a aquí desde el blog de Gotzon, con quien también comparto la aficion de los microrrelatos.
http://microrrelatosapeso.blogspot.com/
Carlos: Muchas gracias por tu visita a mi/tu casa. Me satisface que te gustara.
ResponderEliminarUn abrazo
Daniel Sánchez: Gracias Daniel por tu visita a mi/tu casa y por tu halagadora crítica.
Un abrazo
Muy buen relato.
ResponderEliminarEl placer no tiene edad.
Besitos
Gala: Muchas gracias por tus puntuales visitas y por tu alabanza.
ResponderEliminarUn beso a tus pistilos