Alicia era mi hermana mayor, mi referencia, mi meta… Como cada tarde, entraba en su habitación para probarme sus vestidos, toquetear sus perfumes y fisgar entre las páginas de su diario. Esa tarde llegó temprano y no tuve tiempo de huir de su habitación, por lo que tuve que esconderme en su armario.
Al entrar en su dormitorio, a través de una rendija del armario, pude ver como se desnudaba ante el espejo que presidía la pared central del cuarto.
Sus manos empezaron a recorrer su cuerpo con sutil fragilidad, arqueando su espalda y rindiendo su cabeza hacia atrás, oprimiendo sus pechos y mordisqueando su labio inferior en evidentes muestras de gozo. Y sus manos peregrinaron por sus muslos en grácil vaivén para detenerse en el Monte de Venus, donde retozó sus dedos en cadenciosa suavidad durante varios minutos hasta que el pelo cayó, cubriendo su cara y un desgarrador sollozo atronó la habitación ante su único testigo, el espejo.
Al entrar en su dormitorio, a través de una rendija del armario, pude ver como se desnudaba ante el espejo que presidía la pared central del cuarto.
Sus manos empezaron a recorrer su cuerpo con sutil fragilidad, arqueando su espalda y rindiendo su cabeza hacia atrás, oprimiendo sus pechos y mordisqueando su labio inferior en evidentes muestras de gozo. Y sus manos peregrinaron por sus muslos en grácil vaivén para detenerse en el Monte de Venus, donde retozó sus dedos en cadenciosa suavidad durante varios minutos hasta que el pelo cayó, cubriendo su cara y un desgarrador sollozo atronó la habitación ante su único testigo, el espejo.
Josep..esas cosas no se hacen¿Con qué probándote la ropa de tu hermana?jajaja
ResponderEliminarBesotes.
Morgana
Ups!, jajajaja. Ahora ya lo sabes, jajajaja
ResponderEliminarUn beso Morgana
..... Entré desde la puerta secreta de tus sueños, miré y encontré al niño sensual que buscaba su identidad.
ResponderEliminarHoy Alicia y ¿mañana? siempre será Alicia en el país de tus /mis sueños.
Qué arte tienes niño!!!
Néctares
Gracias Néctar.
ResponderEliminarUn besazo
Por cierto, quisiera puntualizar que quién observa a Alicia desde el armario es su hermana. No soy yo...
ResponderEliminarCreo haber generado algún tipo de duda, jejeje
Aclarado el punto, cambio mi comentario... jajaja
ResponderEliminarSiempre es un placer recorrer tus letras, atrapas con cada relato.
Josep, a por el segundo libro!!!!!!!!!!!!!
Besitos dulces
No vale, yo pensaba que eras tu, después de intentar dejar mi huellita de sirena mas de dos veces me has cambiado los esquemas jajaja
ResponderEliminarBueno pues es mas normal, xk una chica toma como referencia a su hermana mayor, si es que la tiene.
Pues fijate tu que me daba mas morbillo que el niño fuera descubriendo los placeres del sexo de voyeur :*)
Besos entre mares.
Ondina, si lo del voayeurismo ya me gusta. Todos tenemos nuestro punto voayeur.
ResponderEliminarAhora que he manifestado públicamente mi heterosexualidad, el asunto ha perdido morbo,¡pues vaya!, jajaja
Un beso manchado de tinta.
Siempre un espejo guarda imagenes secretas que de vez en cuando salen y cobran vida en un pensamiento...
ResponderEliminarAtrapador tu escrito.
Besos y cariños
Gris, a por el segundo, y contigo. Gracias por tu fidelidad.
ResponderEliminarUn besete.
Mina, siempre es un placer encontrar tu párpado azul en mi casa.
ResponderEliminarGracias, un besín
Un millón de besos.
ResponderEliminarMORGANA.
Con uno tuyo ya hago Le Fay, pero no te haré el feo y me quedo también con los 999.999 restantes.
ResponderEliminarCuidate
Entonces todo aclarado, no eres tú saliendo del armario, jajajaja. Siempre es buena una aclaración a tiempo.
ResponderEliminarPasalo bien.
Alexia G.
Todos tenemos secretos... y todos en algún momento de nuestra vida hacemos un poco como de espejo... ¿morbo?, no creo que sea por morbo, si no porque es excitante y reporta placer... por eso no cerramos los ojos... me ha encantado, Josep, independientemente del sexo de la persona de detrás del armario...
ResponderEliminarBesos...!!!
Gracias Celsa:
ResponderEliminarQue conste que es una historia totalmente inventada y ficticia. Ni mi hermana se acariciaba ante el espejo, ni me vestía con sus vestidos ni leía su diario, ni me metía en su armario...
Un beso a través del espejo.