ASÓMATE SIN MIEDO



ASÓMATE SIN MIEDO:

Te regalo mi sonrisa, te ofrezco mi imaginación y pongo a disposición toda mi fantasía. ¿Crees en la magia? ¿Necesitas sentirte bien? ¿Necesitas unas gotitas de optimismo? Has llegado a tu refugio, prometo evadirte y tatuarte una sonrisa. A través de esta ventana el aire siempre será fresco y por ella podrás entrar y salir. ¿Te atreves?

20/12/10

LA PRINCESA Y LA RANA




BSO recomendada: Somebody to love (Anne Hathaway)


Mi queridísima Reina del Mambo, a quién reté hace unas semanas a explicar chistes en su blog se puso a mi mismo nivel y me retó a escribir nada más y nada menos que un relato romántico y con final feliz. Están prohibidas las risas, las salidas de tono y el sexo, a menos que este se practique dentro de un entorno romántico.

Así pues, señora lianta, “alias” Reina del Mambo, aquí va la historia…

Había una vez, en un reino lejano, una joven princesa a quienes sus padres pusieron el nombre de Nina. Siempre había sido una muchacha risueña, divertida y espontánea, aunque en su corazón había un vacío difícil de llenar. Durante unos años, la figura de un caballero formó parte de su reino, aunque este, absorbido por sus batallas y otras lides acabó por marcharse, dejando a la princesa sola y con una terrible sensación de vacío. Durante los años siguientes, otros príncipes de aldeas cercanas y algún que otro cortesano, se acercó hasta el Reino de Nina para cortejarla. Nina aceptó recibirlos en audiencia, con el propósito de encontrar en uno de ellos al príncipe con el que compartiría su reino durante el resto de sus días. Unos eran jóvenes apuestos que únicamente buscaban quedarse con su fortuna, otros tenían intenciones nobles, pero la princesa no quería precipitarse en la elección; y es que el futuro rey consorte debería de tener muchas virtudes para conquistar su corazón.
Con el paso de los años, la princesa Nina empezó a plantearse que su corazón cada vez era más impenetrable ya que ninguno de sus pretendientes acababa de gustarle. Consultó con diferentes hechiceros y sabios de los alrededores para averiguar los motivos por los cuales era incapaz de enamorarse, pero ninguno de ellos sabía darle una razón, lo que sumía a la princesa en una profunda tristeza.
Poco a poco, fue dejando de lado el propósito de encontrar a un príncipe para no obsesionarse, por lo que decidió mitigar su tristeza celebrando grandes fiestas y banquetes en su castillo, rodeada de todos los nobles y amigos de la comarca. El hecho de haber estado tantos años encerrada en su castillo esperando la llegada de su caballero de alguna de sus guerras, unido a la posibilidad que se le habría tras conocer a tanta nobleza de poder disfrutar de la vida, la llevo a organizar y asistir a todo tipo de eventos festivos, consiguiendo de este modo mitigar su tristeza; pues había encontrado en los nobles y los amigos de la región y en las fiestas y postines que se realizaban un desahogo a toda su infelicidad.
Un día, cuando la primavera empezaba a tocar su fin, mientras se dirigía al castillo atravesando el bosque, pasó por un estanque que bañaba los límites de su Reino y tras bordearlo, le pareció oír una voz. La princesa Nina se paró en seco y se giró y puso su mano en la oreja para prestar atención.

- Buenas tardes princesa – Se oyó.

La doncella miró a lado y lado sin poder apreciar a nadie, con lo que disintió con la cabeza y volvió a emprender la marcha, pero se volvió a escuchar la voz…

- Aquí, aquí, en el estanque. ¿No me ves? –

Se acercó lentamente hasta el estanque, y sobre un nenúfar había una rana que parecía hablarle.

- ¿Tú eres la que me estás hablando? ¡Pero si eres una rana! –
- Mi aspecto es el de una rana, pero soy un príncipe embrujado, si me lo permites te explicaré mi historia. – Dijo el batracio.
- ¡Uyyyyy, no, no, no! Tengo prisa y no tengo tiempo para hablar con ranas… -
- Tengo mucho frío. – Se quejó amargamente la pobre rana.
- ¿Y qué quieres que haga? – Replicó la princesa.
- Por favor, te suplico que me lleves a tu casa, solo necesito pasar una noche caliente y poder tener la oportunidad de explicarte mi historia. – Suplicó nuevamente.
- De acuerdo… - Aceptó la muchacha, a la vez que cogía al animalito y se lo resguardaba haciendo un arrullo improvisado con su vestido.

Cuando llegaron al castillo, la princesa dejó al bichito sobre la cama, y sentándose a su lado le pidió que explicara su historia.

- Mi nombre es Sir Lonly di Lonly y mi Reino está a muchos kilómetros del tuyo. Yo había tenido una familia, grandes riquezas y miles de hectáreas de mi propiedad pero diferentes plagas y mil guerras, acabaron por asolar todo mi Reino y mi fortuna. Un día, cuando ya lo había perdido todo, mientras vagaba por los caminos llegué hasta la choza de una hechicera. Al verme, recordó que no había sido generoso con su presencia en el Reino y la había postergado a las montañas, así que decidió vengarse de mí y me embrujó. – Explicó con la cabeza gacha.
- ¿Y qué embrujo hizo contigo? – Se apresuró a preguntar la princesa con gran interés.
- Me convirtió en una rana y me advirtió que el hechizo solo se revertería cuando alguien me diese un verdadero beso de amor. – Sentenció la rana.
- ¡Qué historia más triste! – Se lamentó la princesa.

Estuvieron hablando toda la noche de sus vidas y sus experiencias, hasta que se dieron las buenas noches y se fueron a dormir.

A la mañana siguiente, la princesa le dijo a la rana que le daba mucha pena devolverla al estanque y que si quería podía quedarse en su castillo algunos días más.

Fueron pasando los días, las semanas y los meses y la rana y la princesa se pasaban las noches riendo y charlando, entablando un cariño muy especial; es más, la princesa estaba tan a gusto conversando con su rana que dejó de asistir con regularidad a las fiestas de la comarca e incluso alguna vez, había llevado a su rana a alguna de ellas.

Cierto día, en una de esas charlas con las que pasaban las noches, la rana le pidió a la princesa que le besara; se tenían tanto cariño el uno al otro, que la rana creyó que solo esa princesa podía darle ese beso de amor que le devolvería a su vida normal; pero la princesa no estaba segura de sus sentimientos, tenía miedo de dañar a su pobre ranita. Si la besaba y no se deshacía el hechizo los dos se llevarían una terrible decepción. A la princesa le volvieron a comer las dudas, esas que había tenido tiempo atrás, esas dudas acerca de si era capaz de enamorarse de alguien.

Habían anidado muchos capullos en su corazón y estos nunca se abrían para convertirse en mariposas y eso la atenazaba; por otra parte, echaba de menos las fiestas y los postines con sus nobles amigos y tampoco quería renunciar a ellos.

Una noche, la princesa, sumida en lágrimas le dijo a la rana que era incapaz de darle ese beso, porque para hacerlo necesitaba estar enamorada y que creía que lo mejor para los dos era que el volviese a la charca, que allí seguro que encontraría a alguna bella doncella que fuera más merecedora que ella de un príncipe como él. Pero él no quería, sabía que la Princesa Nina era la dama que tenía que romper el hechizo, aunque no podía hacer nada más por enamorarla que seguir haciéndola reír con sus bromas de rana loca; pero la princesa, muy a su pesar decidió devolver al bichito verde al estanque donde lo había encontrado.

Fueron pasando las noches y desde la lejanía, los dos se tragaban sus amargas lágrimas. De vez en cuando la princesa pasaba por el estanque a visitar a la ranita para ver como estaba, y la rana, consciente de que no quería hacer sentir mal a la pobre princesa, seguía explicándole un millón de historias divertidas.

En un frío día de diciembre, la princesa volvió a pasar por el estanque para charlar con su rana favorita y tras hablar durante un buen rato, como el frío arreciaba en esa triste charca, la princesa decidió llevarse al bichito a su casa para resguardarlo de la gélida noche.

Estuvieron varios días charlando como habían hecho tiempo atrás, en algunos momentos parecía que todo era como antes, pero la rana sabía que cuando volviera a brillar el sol, la princesa lo devolvería a su estanque. La rana, sin resignarse a su suerte hizo un último intento para enamorar a la joven princesa, y por eso, antes de su marcha le escribió en un papel las más bellas palabras que jamás nadie había escrito y lo puso bajo la almohada de la princesa.

Nadie sabe que ponía en esa nota, pero lo cierto es que tras su lectura, la princesa rompió a llorar emocionada y los capullos que anidaban en su corazón eclosionaron por fin, surgiendo de esa metamorfosis un montón de mariposas de colores que empezaron a revolotear por su estómago. La princesa Nina, desafió a la fría noche y salió de su castillo en busca de su rana y cuando llegó al estanque, la asió cautelosamente con sus manos y la beso con una pasión que jamás había experimentado.

A los pocos segundos, un remolino gris envolvió a la rana y tras él apareció la figura del maravilloso Sir Lonly de Lonly.

Y ese fue el día en que se rompió el hechizo de la rana y en la princesa consiguió entregar su corazón con la intensidad que siempre había buscado.

Y de la mano se fueron, por el camino que les conducía a un nuevo Reino, el de la felicidad. No se casaron ni comieron perdices, porque el amor no es un contrato y las perdices saben a rayos fritos…

Lo siento por la extensión de la historia, pero es que a la Reina del Mambo le gustan largas (por supuesto, las historias)


24 comentarios:

  1. ¿Y colorin colorado este cuento se ha acabado? Pero...¿dónde está la pasión desenfrenada y el sapo celoso y la suegra que pone impedimentos a la pareja y .....y.....y....?
    Salvando estas pequeñas menudencias......de las historias de amor reales que tú nos sueles contar...jaja, debo decir que que no te ha quedado nada mal...sobre todo, con las movidas que hay últimamente con el maltrato a animales ......
    Un besito principe Josep (besito tipo princesa besa rana, rana lo flipa y rechaza al sapo que le esperaba en el nenufar de al lado)

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  2. ¡Te ha quedado genial Josep!

    Yo soy un romanticón...

    Miguel

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  3. A partir de ahora llámame Nina,,,jajajajaja.
    Un relato muy bonito, será que yo tb conozco muchas ranas,,,aunque no tengo castillo.

    Besitosssssss

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  4. Hola Josep, me ha gustado mucho, te ha quedado bien, teniendo en cuenta que este tipo de relatos no es lo tuyo, pero ¿Donde está el humor?
    ¡¡¡No le habrás robado a alguna niña su cuento de hadas!!!
    Es broma reto cumplido sr. Liante de la Mancha catalán.
    Un besote grande.
    P.D. ME LLAMO NINA TAMBIÉN Y YA HE CONOCIDO LOS SUFICIENTES RANAS Y SAPOS. + BESO

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  5. Oooooooh, me encantan las historias de principes y princesas y con finales felices.
    Para que esos capullos eclosionaran a la velocidad de la luz no es difícil imaginar lo que ponía en la nota... daré un toquecito retorcido que tú te has dejado llevar por un estado romantico que no te conozco pero me gusta.
    Bezoz de prinzeza

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  6. Winnieo: Gracias ranita. Prometí hacer un relato serio, aunque alguna gotita de humor se me coló, jeje.
    Besos que flipas...

    Anapedraza (Miguel): Muchas gracias, de vez en cuando también apetece hacer cosas diferentes.
    Un abrazo.

    Caperucitaferoz: Muchas gracias. Sí, corren muchas ranas por ahí, aunque casi ninguna encantada.
    Besos.

    La reina del mambo: Me dijiste que no pusiera humor en el asunto ni tan solo sexo. A lo mejor ha quedado un poco ñoño y cursilón.
    ¿Misión cumplida? jajajaja. ¿Tú también te llamas Nina? Se me acumulan las princesas ya...
    Besos.

    María: También soy romántico, todo es ponerse a ello. ¿En la nota? A saber que puso la rana, jeje
    Besos.

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  7. Misión cumplida amigo.
    Por favor no me retes a cosas raras de acuerdo.
    Un abrazo

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  8. Ains, que bonito, Josep.
    Colorin, colorado, este cuento se ha acabado.
    Croac, digo.. besos

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  9. La reina del mambo: Tranquila, soy juguetón pero se cuando tengo que parar.
    Un abrazo para ti también.

    Pury: ¿Te ha gustado? Croac... digo, gracias.
    Besos

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  10. Primero genuflexión....ainsss espera que me he quedado agarrotada..muy bueno tu relato con lo soñadora que soy...
    Hoy en el hospital mientras me daban mi chute de dos horas,han aparecido los enfermeros de urgencias disfrazados para animar a los que están en el hopital..¡¡¡Lo tenías que haber visto!!ja,ja,ja
    Nos tomamos las doce uvas,eran gominolas,eso creía yo,pero cuando me las he metido en la boca¡¡¡¡eran caramelos!!!y casi me ahogo,jajajaja
    También en el hopital se puede sonreír.
    Ciao caro.

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  11. Josep,
    Algo parecido me pasó a mí, pero mi principe sigue croando!!! ¿Cómo le tengo que dar exactamente ese beso?
    Cuéntalo...!!!
    Besito

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  12. la cosa prometia, pero ufffffff no fue facil jajaj

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  13. Morgana: Oye, no es por nada, pero no te fíes de los enfermeros, y menos si te dan las uvas antes de Navidad. Tsssssttt!!!! Véte de ahí!!! jajaja
    Besos

    Airama: Nunca se sabe si alguna vez llegará o no ese beso mágico. Mientras tanto, piensa si es mejor quedarse con una rana que croa de maravilla o arriasgarte a ir a otras charcas y besar a otras ranas. Igual no encuentras una rana como esa nunca más.
    Besos.

    Chus: Nunca se sabe cómo y cuando puede llegar el amor, a veces estamos muy cerca pero no somos capaces de verlo.
    Besos.

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  14. Josep,
    Ya lo sé, era bromita. No cambio a mi rana por ná. jejeje...
    Besos

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  15. Airama: Me alegro de que tengas tu propia ranita buena.
    Besos

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  16. Hola crack, has salido airoso del reto!!!
    Como siempre tus historias llenas de imaginación y sonrisas, aunque cambies de tercio.
    Felices Fiestas locuelo, que tengas unos días llenos de buenos momentos.
    Un abrazote muuuu grande Pep

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  17. Ohhhh un final feliz! Qué bonito! Y encima feliz hasta para las perdices...

    Un saludetee

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  18. Mágica: Hola darling, pocas sonrisas he podido colar en este relato, no era el trato, pero bueno, lo hice a modo de cuento que así se mastica mejor. Felices fiestas para tí también Magic Woman, te deseo lo mejor, de lo mejor, de lo mejor, acompañado de langostinos.
    Petons

    Jauroles: Empezaba a no recordar como se hacían los finales felices, pero mira, me ha salido por partida doble. En cuanto a lo de las perdices, ejque se parecen mucho a las palomas y... ¿te has comido alguna vez una paloma? ¿Verdad que no lo harías? Pues nada, que coman bocadillo de atún com pimientos (los pimientos que vengan en lata)
    Bones festes

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  19. Querido Josep, me ha sorprendido gratamente esta nueva faceta tuya, no de cuentista (que sé que de eso tienes un rato), sino de romántico.
    A medida que leía tu relato, me he encontrado leyendo un cuento de "Las mil y una noches", es fantástico, y muy apropiado para contarlo estos días a niños en el calor de una chimenea. Creo que has superado con creces el reto de la Reina del Mambo.
    Eso sí... Josep es siempre Josep y, el final del cuento, aparte de encantarme, tiene el "copyrigh Josep " de la sonrisa:

    "No se casaron ni comieron perdices, porque el amor no es un contrato y las perdices saben a rayos fritos…"

    Genial, crak. Mis mejores deseos para estos días, y uno de ellos es: no esperéis a principes azules ni a princesas rosas, disfrutad del "carpe diem".

    Muchos besitos

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  20. yo pensé que ella se convertiría en rana.. jaja
    Te falto decir que le agrego al feisbuk.

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  21. Qué hermoso relato, Josep... Engancha desde la primera línea, así que no te preocupes si crees que es extenso...

    ¿Una ranita que quiere hacer feliz a sus semejantes con bromas locas?... ¿Una ranita que escribe palabras bonitas que enamoran?...
    Me suena esa historia... Sí,... me suena...

    Un beso (de Princesa no, lo siento, no lo soy), y mi deseo que, esta Navidad sea la primera de todas las bonitas que te esperan.

    Gracias por estar siempre ahí, Josep.

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  22. Josep querido.
    Muy feliz Navidad.
    Mis mejores deseos para vos y los tuyos.
    Gracias por acompañarme todo el año y sobre todo por dejarme acompañarte.
    Gracias por hacerme reír.

    Un abrazo enorme.

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  23. Como siempre genial cuando escribes,por eso es que me encnata entrar en tu blog y leer cosas que me agradan.Un abrazo.Paola L.

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  24. Paola: Muchas gracias por tu comentario. Me alegra muchísimo que lo que escribo cale hondo entre la gente que entra a mi blog.
    Un abrazo.

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