
BSO recomendada: Sempre libera tema de La Traviata de Verdi (Mercedes Capsir)
Blancanieves canturreaba su desdichada vida mientras llenaba un cubo de agua en el pozo, con siete palomas blancas como únicos testigos, buscando en el eco de las dormidas aguas del pozo que sus súplicas de felicidad llegaran a oídos de algún príncipe azul.
Un gallardo joven se acercó a ella en blanco corcel y sonrió al contemplar su presencia. Descabalgó cauteloso, ordenando al viento que rielara su encarnada capa e hiciera danzar las plumas de su sombrero.
Apoyó sus manos en los hombros de Blancanieves, deslizándolas con suavidad por su espalda hasta abrazar su cintura, presionó los dos cuerpos entre sí, provocando que ella ladeara su cabeza para que el príncipe le besara el cuello. El distinguido hidalgo le levantó las enaguas, buscando bajo ellas la manzana de la tentación. Blancanieves lo despojó totalmente de ropas, aceros y blasones.
Hicieron el amor en dibujos animados, tumbados junto al pozo de los deseos y con siete palomas blancas como únicos testigos.
Un gallardo joven se acercó a ella en blanco corcel y sonrió al contemplar su presencia. Descabalgó cauteloso, ordenando al viento que rielara su encarnada capa e hiciera danzar las plumas de su sombrero.
Apoyó sus manos en los hombros de Blancanieves, deslizándolas con suavidad por su espalda hasta abrazar su cintura, presionó los dos cuerpos entre sí, provocando que ella ladeara su cabeza para que el príncipe le besara el cuello. El distinguido hidalgo le levantó las enaguas, buscando bajo ellas la manzana de la tentación. Blancanieves lo despojó totalmente de ropas, aceros y blasones.
Hicieron el amor en dibujos animados, tumbados junto al pozo de los deseos y con siete palomas blancas como únicos testigos.